Qué locura de fin de semana...

Aunque claro, siendo sinceros, alguien esperaba otra cosa? Porque yo no.
Llegada a Dulantzi a eso de las 3 de la tarde después de unas 8 horas de viaje en total. Primera comida con mis aitas y la última manteniendo una cara decente. Después de comer, una pequeña siesta para reponer fuerzas y por fin llegó uno de los momentos más esperados del finde: vestirse de blusa! Anda que no tenía ganas ni nada...
A partir de ese momento a la calle y fiesta! Desde el viernes a eso de las 7 de la tarde hasta el mismo domingo sobre las 3 de la mañana fiesta continúa parando únicamente unas 5 o 6 horitas por día para dormir. Por el medio muchas risas, reencuentros, turnos de txozna fantasmas, bocatas a domicilio, brugales... En fin, las fiestas de Dulantzi en estado puro.
Lo malo vino cuando a eso de las 8,30 de la mañana del lunes sonó el despertador y aún con el alcohol corriendo por mis venas tuve que coger el coche dirección Santander. Llegué a Darmstadt después de otras eternas 8 horitas de viaje y con una resaca que me dura todavía hoy.
Tengo la extraña sensación de que todo el fin de semana ha sido como una especie de sueño fugaz... No sé, demasiadas cosas en demasiado poco tiempo. Eso si, un año más, las fiestas de Dulantzi siguen marcando diferencias.

P.D.: muchas gracias a todos por todo, y en especial a mi familia por su paciencia y a Idoia por los servicios prestados!