Volviendo a la normalidad

No está mal el fin de semana que hemos pasado en la vuelta a la vida en Darmstadt.
Empezamos el viernes con una cena de bienvenida acompañada de unas cervecitas alemanas (Esto si que son cervezas) para después dar una vueltilla por el mítico Schloss. La verdad es que el ambiente no era mi preferido pero lo pasamos bien.
El sábado nos levantamos y fuimos a comer por ahí. Después me enteré que había una fiesta en la fábrica de cerveza de la Pfungstädter, que es la cerveza que más se vende por aquí, así que Juan Carlos y yo decidimos ir para allí a ver que había. Habían montado dentro de la fábrica un par de carpas y en cada una de ellas había un grupo haciendo versiones de canciones míticas de Queen, Green Day, Oasis... También había puestos con comida y por supuesto cerveza para parar un tren. Allí estuvimos los 2 hasta eso de las 12 puesto que salía el último bus hacia Darmstadt y una vez aquí nos fuimos al 603 (El otro bar mítico) a seguir con la juerga. Al final a eso de las 6 y pico decidimos que era ya bastante puesto que el día siguiente iba a ser duro...
Me levanté a eso de la 1 y sin comer ni nada me fui al campeonato de fútbol que se había organizado en la piscina de Darmstadt. Os podéis imaginar: 2 de la tarde, 40 grados a la sombra, sin comer, de resaca y jugando a fútbol... Creo que estuve al borde de quedarme allí... Eso sí, el baño de después del partido no lo cambio por nada del mundo. A la tarde se organizó un grill para los del campeonato y como en todo buen grill las cervezas no faltaron.
Ya para terminar ayer estuve currando durante el día (Qué dura la vuelta al curro...) y a la noche había organizada una Erasmus Party. Así que otra vez a beber unas cervecitas y para la fiesta. La verdad es que no había gran cosa pero ahí nos quedamos hasta que cerraron el bar.
Así que como véis ya estamos recuperando el ritmo de hace un par de meses y poco a poco ya se va haciendo más llevadero lo de estar aquí.