Crónica de un sufrimiento

Y llegó la hora. En la sala estaban mi tutor, el jefe del departamento, 3 compañeros más y Manu, uno de Pamplona que también está en mi mismo departamento. Esta vez iba vestido con vaqueros oscuros (sigo diciendo que son negros) y camisa (la camisa prestada de Luis, mi compañero de piso. Yo no tengo camisas). Lo de los zapatos he decidido que ya era demasiado así que con deportivas aunque muy oscuras.
Y empecé a hablar. Por supuesto, al igual que en la anterior presentación, un edding en la mano al que daba vueltas sin parar. Pero esta vez los nervios no se fueron pasando mientras avanzaba la presentación e incluso hubo un momento que me atasqué y pensé que se me venía el mundo encima. Pero bueno, al final la cosa fue avanzando y terminé como pude. Llegó la hora de las preguntas y vaya suerte que he tenido. Una única pregunta que más o menos he podido responder y lo demás todo chorradas sin importancia. Al final, las típicas felicitaciones y se acabó.
Manu me ha dicho que he estado muy bien pero yo creo que se me ha notado lo increíblemente nervioso que estaba. Pero vamos, que esto ahora es lo que menos me importa del mundo, puesto que en este momento sólo puedo pensar en acabar con todas las existencias de cerveza de Darmstadt.
Muchas gracias por vuestro apoyo!